LIMPIEZA E HIDRATACION
Independientemente de la edad que tengamos, la piel está en constante rehidratación. A través de este proceso natural las capas más superficiales se apoderan del agua proveniente de los estratos inferiores de la epidermis. Pero la piel seca no puede absorber fácilmente el fluido hidratante y su ineptitud para retener la humedad empeora con la edad, el frío, la calefacción y la exposición a los productos químicos como jabones y detergentes.
El estrato córneo (la última porción de epidermis) normal tiene de 12 a 15 capas de células; pero en situaciones extremas -como la deshidratación- llega a tener 40 o 60. Esto forma un manto denso de células muertas, partículas de polvo y otras impurezas que impiden la correcta respiración de la piel. Por eso el primer paso para restablecer la salud de la piel siempre es una limpieza.
El cambio de hábitos a la hora de la limpieza puede ser de ayuda, por lo que se recomienda intentar lo siguiente: Aplicar, cada cambio de estación, un peeling casero o crema de ácido salicílico (que desprende la capa superior de la piel), si se hubiesen formado escamas. Reactivando así también la circulación.
Evitar jabones, detergentes y perfumes fuertes, que tienden a secar la piel.
Utilizar agua tibia (no caliente).
Disminuir el tiempo de las duchas.
La piel se debe secar completamente pero en forma suave, no frotando.
Restablecer la humedad natural
Después de la limpieza, los poros han quedado abiertos, es por eso que tu piel estará lista para recibir la humedad y nutrición que necesita.
Primero, vaporiza con una loción humectante sin alcohol, espera a que seque y esparce una buena cantidad de crema nutritiva, haciéndola penetrar con pequeños golpecitos, como si teclearas.
Utilizar aceites de baño o humectantes mínimo diariamente. Los humectantes espesos o grasosos son los mejores. Se deben evitar los productos a base de alcohol. Estos productos se aplican justo después del baño o la ducha cuando la piel todavía está húmeda.
Si el aire está muy seco, se puede utilizar un humidificador.
Se recomienda tomar mucha agua durante todo el día.
Evitar la sobre exposición al frío, al viento y al Sol que, por lo general, la enrojecen.
Elegir la crema adecuada
Hay que tener en cuenta que según los especialistas, la mejor crema o emulsión para una piel
seca es aquella que perdura cuando se aplica y provoca una sensación de bienestar con el uso frecuente. La evanescencia es otro de los requisitos que conviene considerar, es decir que la crema debe deslizarse rápidamente para que la piel pueda absorberla al instante y en profundidad. Un buen hidratante tiene que atravesar la barrera epidérmica y penetrar hasta los niveles más bajos del tejido, por eso el efecto reconfortante que produce dura más.
Para saber si los productos que usas habitualmente están actuando correctamente, suspende un día la hidratación y observa si la piel se siente suave al tacto.
En el día se recomienda las cremas hidratantes con protector solar, con vitaminas E y A, colágeno o elastina.
En la noche, luego de desmaquillar y tonificar, aplica una crema nutritiva o regeneradora, rica en vitamina C u Ordeñe o que contenga Q10, colágeno y/o elastina. Ten especial cuidado en la zona que rodea los ojos.